sábado, 6 de junio de 2009

Celebración Nacional Mariana de la Asociación de la Medalla Milagrosa


El día 30 de mayo ha sido un día de júbilo por la Celebración Nacional Mariana por la que se agradeció a Dios y a su Iglesia la aprobación, hace 100 años, de la Asociación.

El día anterior se había hecho una peregrinación a Tlaxcala, al Santuario de Nuestra Señora de Ocotlán, visita que fue ilustrada por las explicaciones de una experta en arte. Se prosiguió luego a Puebla para visitar la Parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa donde su párroco, el P. Francisco Ruiz Barbacil, CM y el grupo de AMM mostraron una acogida inolvidable.

La celebración del día 30 se inició con una conferencia dada por el P. Honorio López Alfonso, CM, a la que tituló: “María de Nazaret, la Milagrosa de los pobres”.A continuación de ella un panel fue la oportunidad de conocer la dimensión mariana de la espiritualidad de cada una de las ramas de la Familia Vicentina.

La eucaristía constituyó una especial acción de gracias por este centenario de aprobación que coincide con el centenario de la fundación en México. Una agradable convivencia siguió a la Eucaristía.

De una manera especial expresamos un fuerte agradecimiento al P. Luis Lusarreta, CM, anfitrión de esta celebración, al P. Francisco Javier García, CM, Director Nacional, a la Sra. Irma Pérez de Garza, Presidenta Nacional, a los grupos, especialmente a los de otros estados de la República que sin importar los esfuerzos y trabajos se organizaron para estar presentes. Un especial reconocimiento al Coro de la Parroquia de la Milagrosa que animó bellamente la celebración, a los miembros de la AMM de la misma parroquia que proporcionaron una deliciosa comida y a cada persona que con su colaboración hizo posible que esta celebración se llevara a cabo.

“La Virgen prometió a Catalina abundantes gracias a quienes llevasen la medalla y pidiesen con confianza. La Familia Vicentina reconoce a la Virgen María como Virgen Milagrosa. Y todos hemos de propagarla para bien de los demás y hacer de cada centro de nuestros grupos, centros de oración y de fraternidad que se anima al servicio.”

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